En opinión de los investigadores de UNIVE Servicio Legal (www.unive.es), el concurso de acreedores puede ser la solución al problema temporal de liquidez en una familia.
Es más, cuando el problema no es solamente de liquidez sino también de insolvencia, es decir, que previsiblemente los ingresos no podrán hacer frente a los pagos, con carácter definitivo y no sólo temporal, el proceso concursal permite ordenar la liquidación del patrimonio de manera más eficiente.
Cada situación familiar será distinta, pero, en general, podemos afirmar que la entrada a tiempo en un proceso concursal puede evitar los grandes perjuicios que a buen seguro se le irrogarían al deudor en caso de tener que sufrir una serie de embargos y ejecuciones singulares indiscriminadas sobre su patrimonio y, en su caso, el de su cónyuge.
Las ventajas que ofrece la regulación legal del concurso de acreedores deben ser tenidas en consideración atendiendo al incremento de costes que la situación concursal puede provocar.
Sin embargo, teniendo en cuenta que a través de los procesos de declaración y ejecución singular también se generan grandes gastos para el deudor, entendemos que la carga financiera del concurso no deberá ser obstáculo, en muchos casos, para adoptar la medida extraordinaria de solicitud de concurso.