El protocolo familiar es el conjunto de pactos suscritos por los socios entre sí o con terceros con los que guardan vínculos familiares, en relación con una sociedad (no cotizada), en orden a lograr un modelo de comunicación y consenso en la toma de decisiones para regular las relaciones entre familia, propiedad y empresa, que afectan a la entidad.

En España, actualmente, existen alrededor de dos millones de empresas familiares que dan empleo a cerca de nueve millones de trabajadores. De esta afirmación se desprende la importancia económica que tienen, hoy en día, estas empresas.

No obstante, la aplicación de estos instrumentos ha sido realmente escasa. El principal problema en la implantación de este tipo de acuerdos es que, al regular aspectos “internos” de la empresa familiar, requiere la perdida de cierta “intimidad”, debido a la entrada en ella de asesores externos. Por la propia naturaleza de estos acuerdos, su contenido versa sobre la historia familiar, valores de la compañía, gobierno y dirección de la empresa familiar, política de transmisión de la propiedad, capitulaciones matrimoniales y política testamentaria. Asuntos que, ciertamente, deben ser tratados desde el más estricto rigor y secreto profesional.

El otro gran escollo con el que se estaba encontrando, hasta ahora, el acuerdo denominado PROTOCOLO FAMILIAR, radicaba en la incertidumbre sobre su eficacia jurídica. Eficacia que, desde la aprobación del Real Decreto 171/2007, resulta garantizada a través de la técnica de la publicidad que ofrece el Registro Mercantil, en aras a dotar de certeza de los operadores y ciudadanos sobre el marco regulatorio de la entidad.

Por todo lo expuesto anteriormente, el Protocolo Familiar es el instrumento idóneo para garantizar la continuidad y sucesión de la empresa familiar. En  Unive Abogados redactamos habitualmente  protocolos familiares actuando con el mayor rigor y decoro profesional. Por ello, nuestro sistema, basado en las nuevas tecnologías, permite proponer y negociar la implantación del protocolo familiar sin que sea necesario el acceso a información pudiera provocar mayor recelo, por ser considerada “sensible” dentro del grupo familiar.